domingo, 2 de marzo de 2014

Asesinando a Maillard. (Rabo de ternera exprés)

 

Como era la primera vez que me decidí a cocinar rabo de ternera, una carne gelatinosa y deliciosa si se la mina bien, leí muchas recetas sobre la misma.

Todos los cocineros primero enharinaban y sellaban la carne, luego realizaban un minucioso picado de verduras para sofreír y, finalmente, cocían todo junto por largo tiempo.

Y yo, más vaga que nadie, decidí simplificarlo todo y, claro, me cargué a Maillard.

Preparé mi sofrito padre, es decir, trituré un tomate, una cebolla, dos dientes de ajo, dos zanahorias dos clavos de olor, chorrito de brandy, vaso de buen vino blanco, un poco de pimienta y cuatro cucharadas de aove.

Dispuse los trozos de carne en la olla rápida, los regué con el sofrito padre, salé y añadí dos hojas de laurel.

Al cabo de una hora, el resultado fué delicioso, la salsa trabada y la carne se deshacía.

Ya veis, vaga que es una ;).

 

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