domingo, 5 de mayo de 2013

Bocartes avinagrados.

 

Me apasionan los boquerones en vinagre. Los degusté exquisitos en un bar de Córdoba llamado "La Mezquita", hace muchos años.

Aquí, en Sevilla, lamento no haberlos encontrado ni siquiera pasables, así que los elaboro desde hace años con resultados desiguales, todo hay que decirlo.

Probé distintas recetas y, al final, la que no me falla es esta.

Limpio de cabezas, tripas y espinas a un kilito de boquerones. Los paso repetidamente, y con delicadeza, por agua fría tantas veces como sea necesario para que salga casi limpia. Es decir, hay que desangrar al boquerón para que quede blanco y se cure.

Los dejo escurrir bien y procedo a poner en un recipiente que pueda cerrarse luego, capa de boquerón, espolvoreo de sal y cubro de vinagre blanco.

Cuando ya están todos en esta piscina de salmuera, a la nevera con ellos hasta comprobar que están curados y blanquitos.

De nuevo a escurrir bien. Reparto los boquerones en pequeñas porciones en recipientes de ración, los cubro con buen aceite de oliva y a pasar un día de vacaciones en Groenlandia.

A partir de ahí, a descongelar las dosis de manjar que se desee y a disfrutarlos. A mi me encanta acompañarlos de aceitunas rellenas de anchoas. Ñam!!

 

domingo, 10 de marzo de 2013

Macarranos!

 

Cuando mis cachorrillos eran pequeños, me encantaba ir a recogerles a la puerta del cole.

La pregunta obligada, por su parte, era la universal " mami, ¿qué hay para comer?"

Si mi respuesta era, " ¡macarranos!" la alegría, las sonrisas y los saltitos estaban garantizados.

Que nostalgia!

Nada más simple que cocinar unos macarrones. A mi siempre me han gustado, pero no conozco a nadie que los consuma como yo, con mayonesa.

Pongo a cocer medio kilo de macarrones en agua hirviente y saladita hasta que estén tiernos, removiendo de vez en cuando para que no se peleen ;).

Para la salsa de tomate, utilizo una lata de tomate natural triturado a la que añado tres cucharadas de azúcar y una de sal, además de un diente de ajo picadito. Dejo que se haga durante un cuarto de hora, en una sartén tapada y con un fondo de aove.

La mayonesa no falla: dos huevos, medio litro de aceite de girasol, un diente de ajo, un poco de vinagre y sal al gusto, como una cucharadita. Lo pongo todo en el vaso de la batidora y voy ligando sin despegar la cuchilla del fondo del vaso. Cuando comienza a emulsionar, elevo despacio la batidora y listo.

Me sirvo los macarrones ya mezclados con la salsa de tomate y agrego la mayonesa, todo revuelto y para dentro!

 

jueves, 24 de enero de 2013

Crema de revolconas alechugadas.

Las patatas revolconas son un sencillo y económico plato cuyo origen se encuentra en Ávila, Salamanca y norte de Extremadura.

A mí no me gustaban nada de nada, las odiaba. No entendía porqué aquella masa espesa tenía trozos irregulares de patatas, escaso sabor...hasta qué un día se produjo el milagro. Un trozo de ensalada de lechuga fué a caer en mi plato. Y aquello lo transformó en una de mis comidas preferidas, eso sí, en forma de suave crema sin tropezones.

Es muy fácil de hacer. Sólo hay que pochar media cebolla en AOVE, añado dos patatas medianas troceadas, un diente de ajo y una hoja de laurel. Agrego dos cucharadas de pimentón dulce ( de la Vera, por supuesto) y le doy unas vueltitas. Se sala al gusto y se cubren de agua.

A cocer hasta que estén tiernas, luego las trituro.

Las sirvo con ensalada de lechuga por encima, templadas, y las devoro con todo mezclado.

A mí este contraste de sabores y texturas me encanta. Espero que a vosotros también.