lunes, 10 de noviembre de 2008

Placeres líquidos.





Si alguna vez tuviera amante, sería un caldito (sí, he dicho calDito, y no un calvito, aunque nada tengo contra ellos): son sabrosos, igual entran de maravilla durante el día como a la hora de cenar, se dejan hacer de todo, nunca te aburres con sus múltiples variantes y hasta te cuidan bien cuando estás enferma.

Lo dicho, para amantes los fantásticos caldos (aunque en cuanto llegue el verano me iré con un pelirrojo....gazpacho)

Suelo atesorar en el congelador todo tipo de verduras, de manera que en una fresca noche de invierno sólo tengo que disponer en la olla rápida los ingredientes que se me ocurran y en media hora, listo.

En esta ocasión he puesto garbanzos, dos zanahorias, dos patatas, media cebolla, un diente de ajo, judias verdes, un nabo (ejem) y un espléndido hueso de jamón.

He añadido pasta de estrellitas, pero ya sabéis que admiten casi de todo: arroz, fideos de cualquier calibre, etc.

Es un plato que cumple con las cuatro B que se precisan en caso de crisis (y de prisas) : bácil, bueno, barato y bápido.

Hijo-Truco de esta Receta Madre: se vuelve a poner agua en la olla, volvemos a cocer y obtendremos algo más de caldo para enriquecer otros platos y un delicioso puré (si trituramos las verduritas), evidentemente.
Tres en uno...crisis a mí,¡já¡

4 comentarios:

Juan dijo...

Quién fuera caldito en invierno y gazpacho en verano.

Un beso

Kaken dijo...

Buah, Juanito, si tu ya sabes que eres mi caldo-padre.. ;-)
Un bes

Dolita dijo...

Hola Kaken.
Bienvenida a este mundo bloggero-culinario. Te aviso que engancha. Me gusta la chispa que tienes y para los tiempos de crisis sirve de mucho.
Saludos

Kaken dijo...

Mil gracias, Dolita, he vsito tu blog y me has abierto un precioso y completo Universo.
Ya soy una más de tus lectores.
Un bes, nos vemos¡