miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pollo de la pollería (con piñón fijo)




Me encanta llegar al puesto de los pollos y ver a tanta ave pululando por allí.
Bueno, pulular pulular, no pululan mucho porque están un poco muertos.
Recuerdo que en una ocasión me acompañaba mi hija, de cuatro años de entonces, y mirando fijamente el mostrador me preguntó a voz en grito: ¡mami, mami¡, ¿eso es un pollo-pollo o es un pollo muerto?

Me dejo de tonterías y voy al grano.

Esta receta me acompaña desde la infancia, mi madre la bordaba y es de las pocas en las que casi clavo el sabor.
Es una receta barata y que cunde mucho, a pesar de que los piñones están por las nubes, un puñadito si que nos podemos permitir, no?


Receta Madre:

Ingredientes: un pollo sin piel y en cuartos, media lata de tomate triturado, un pimiento, dos zanahorias, una lata de champiñón al natural, una hoja de laurel, sal, aceite de oliva virgen extra y el protagonista, el puñadito de piñones.

Volvemos a usar la olla a presión, con su fondito de aceite en donde rehogamos un poco el pollo para sellarlo. Añadimos a la vez los demás ingredientes, revolvemos un poco y cerramos la olla.

Estará a punto en 20-30 minutos, dependiendo de lo tierna que os guste el ave en cuestión.
El resultado es sorprendente.

Hay un ingrediente secreto: bolitas de pimienta. Las cuento antes de añadirlas (dependiendo del guiso, entre 5 y 8) y lo aviso a todos. Los niños se lo pasan pipa explorando y encontrando las dichosas bolitas.

Receta Hijo-truco:
Procuro que me sobre, es decir, hago más cantidad de la cuenta, la otra opción sería dejar medio muertos de hambre a los míos, y va a ser que no.

Las sobras las pongo a cocer añadiendo agua abundante, como para sopa, que es en lo que se va a convertir.
Cuando ha evaporado un poco, lo cuelo a otro recipiente y selecciono los "tropezones", deshueso los restos de pollo y los troceo, rescato todos los piñones que puedo y añado un huevo duro picado y arroz.
Queda una sopa casi más rica que la receta madre (la sopa es muy tímida y aún no hay fotos).
Ah¡ he descubierto que mis salsas de tomate no son nada fotogénicas¡

sábado, 22 de noviembre de 2008

Carne con tomate de paseo.






Si, de paseo ambos dos, con el pimiento de carabina (que antiguo eso, no?, jejej)
Y es lo que tiene que mi cocina carezca de luz natural, casi.
Tengo la suerte de vivir en un lugar mágico en donde hay más ventanas que paredes.
Sin embargo, la cocina tamiza su luz...y no me disgusta, a veces las pequeñas lámparas dando la luz justa sobre el sitio adecuado crean un ambiente en el que cocinar se convierte en algo íntimo, casi casi como cuando estamos ante el caldero de las brujas.

Así pues, me tocaba pasear, cazuela en mano, al salón cada vez que quería fotografiar algo de la receta: carne parriiiiba, carne pabaaaajo..
Igual ha salido tan rica de puro mareamiento.

Eso sí, me ha salido, ella solita, la primera foto de cocina mía que me gusta¡¡ No me lo puedo creer, me daban ganas de comermela en crudo y todo.

En fin, al lío.
Solo necesitamos un kilillo de carne (en esta caso de lomo de cerdo), una lata de tomate natural triturado (Apis), una simpática y fotogénica hoja de laurel, un señor pimiento, aceite de oliva virgen, sal y un dientecillo de ajo, nada más¡

Procedemos a revolver todos los ingredientes (sí, en crudo todos juntitos y a la vez, es lo que tiene eso de ganar tiempo sin perder calidad) en la olla a presión, tapamos, 30 minutos y...voilà¡¡
El resultado es tan simple como maravilloso, aunque la foto final fué una nehbjvbvhvbm-puaf.

Que os aproveche si la haceis y si no, os arrepentireis¡ ;-)

(A pesar de la foto, os juro que está riquísimo¡¡)





miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sofrito Padre.



He dudado bastante en si subir o no la foto, pues las muecas de mis hijos al verla me han resultado un tanto sospechosas.

La base del arroz cuántico anterior ( ya está actualizada la receta, palabrita, solo hay que mirar más abajo) y de la mayoría de guisos que cocino es este sofrito realizado en tiempo record, supone un ahorro de tiempo y trabajo muy considerable.

Tradicionalmente elaborar un sofrito consiste en volverse un poco chino cortando como un poseso trocitos diminutos de variados vegetales. A los que luego hay que esperar a cada uno en su punto de cocción.

Pues yo ya me niego a hacerlo así.

Os parecerá una locura, pero yo trituro juntos todos los ingredientes: tomate, pimiento, cebolla, ajo, especias al gusto o incluso zanahoria.

Una vez bien triturado, al aceite y a seguir con el guiso que sea en esa ocasión.

El resultado en cuanto a sabor es casi mejor, pues se mezclan todos los sabores y nos evitamos mucho trabajo extra.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Arroz cuántico




Arroz "cuanticosastepongo", cuántico para los amigos.

Porque mira que son agradecidos, cumplidos y amarillitos los sabrosos arroces.
Y facilones a más no poder.

En este caso he puesto Sofrito Padre sobre aceite de oliva. Inmediatamente añado carne de cerdo en pequeños trozos, calamar en idem, hoja de laurel y a esperar.

En unos 20 minutejos de nada, seguramente habrá virado de color, más oscuro, olerá de maravilla.
Podemos mejorarlo aún más: generoso vino blanco y el zumo de un limón.
Añadimos el arroz, mareándolo para que recoja todos los sabores, al ratito el agua, sus hervores, su reposo y a la mesa (bufff, sale muy muy rico).

(Recordad que las especias al gusto y el azafrán se esconden en el Sofrito Padre)
Buen provecho¡




sábado, 15 de noviembre de 2008

Canela



Decidí realizar este plato simplemente por el color y el nombre que se le daba a esta alubia: canela.
Me resultó tan evocador de esencias que me dispuse a hacer de ellas algo menos esencial y sí más contundente.

Es muy muy fácil de realizar, y bastante divertido eso de asustar a las pobres alubias.
La verdad es que se comportaron bien, después de tres sustitos de nada de agua, se quedaron todas predispuestas a la mayor ternura imaginable.
Eso sí, sin descomponer su forma, que eso de que se abran demasiado a lo descocado no es plan.

Me dieron un poco de pena las pobres, tan tiernitas y abandonadas, así que les busqué compañía:


un trocito de chorizo, dos buenas zanahorias en rodajas, otro trocito de morcilla (como para no apabullarlas), una patata, una cebolla limpita ella, el dientecito del ajo, la fabulosa hoja de laurel, un preciosa loncha de panceta, su sal, su tomatito colorao...y hasta un hueso de jamón que ya había sido previamente aprovechado en otro caldo (no me direis que no soy una avara completa¡) Y más aún, añadí un refrigerado resto de acelgas (rehogadas con ajo y pimentón de mi tierra, la Vera)

Cubiertas de agua, líquido vital, y tras unos 35 minutillos encerradas a presión, obtuve un guiso con un aroma delicioso....que hambre¡¡

Trituré el tomate, la cebolla, unas pocas alubias y un poco de caldo y lo incorporé para engordar un poco la textura.

Resultado: un BBBB ;-)

Un bes

Nota 1: no pongo cantidades porque son recetas muy básicas y, creo, conocidas por todos, pero si lo necesitais, preguntadme lo que querais.
Nota 2: si en algún momento alguien piensa que le he copiado, gustosamente lo haré saber para deshacer el entuerto, nada más lejos de mi intención.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Placeres líquidos.





Si alguna vez tuviera amante, sería un caldito (sí, he dicho calDito, y no un calvito, aunque nada tengo contra ellos): son sabrosos, igual entran de maravilla durante el día como a la hora de cenar, se dejan hacer de todo, nunca te aburres con sus múltiples variantes y hasta te cuidan bien cuando estás enferma.

Lo dicho, para amantes los fantásticos caldos (aunque en cuanto llegue el verano me iré con un pelirrojo....gazpacho)

Suelo atesorar en el congelador todo tipo de verduras, de manera que en una fresca noche de invierno sólo tengo que disponer en la olla rápida los ingredientes que se me ocurran y en media hora, listo.

En esta ocasión he puesto garbanzos, dos zanahorias, dos patatas, media cebolla, un diente de ajo, judias verdes, un nabo (ejem) y un espléndido hueso de jamón.

He añadido pasta de estrellitas, pero ya sabéis que admiten casi de todo: arroz, fideos de cualquier calibre, etc.

Es un plato que cumple con las cuatro B que se precisan en caso de crisis (y de prisas) : bácil, bueno, barato y bápido.

Hijo-Truco de esta Receta Madre: se vuelve a poner agua en la olla, volvemos a cocer y obtendremos algo más de caldo para enriquecer otros platos y un delicioso puré (si trituramos las verduritas), evidentemente.
Tres en uno...crisis a mí,¡já¡

domingo, 9 de noviembre de 2008

Roscón de Reyes (já¡)



Os presento una de las escasas fotos culinarias que me gusta de las que he hecho hasta ahora.

Y digo bien, os presento solo la foto porque si os doy la receta me matais al amanecer.


Y es que este roscón, en apariencia delicioso, nació con una tara: era inmortal.


No hubo manera de cortarlo con ningún artilugio, y si lo hubiera lanzado a la cabeza de alguien posiblemente hubiera sido la primera mujer en la Historia apodada "la asesina del roscón".

sábado, 8 de noviembre de 2008

Pollo a la moruna

Por haber pasado mi infancia en Melilla, tuve la suerte de poder probar distintos platos de la gastronomía de la zona, y esta receta, con variantes, es plato de fiesta en mi familia.Os cuento brevemente:

Los ingredientes
Pollo (o pavo) en cantidad suficiente para el número de comensales previstos (si sobra, mejor, está más rico al día siguiente).
Puñadito de piñones, idem de uvas pasas, de almendras crudas sin piel, de aceitunas deshuesadas y un par de ciruelas pasas (o dátiles) por persona.También un huevo cocido (y pelado ) por degustador.
Especias variadas, como nuez moscada, pimienta, hoja de laurel, un clavo y una pizca de canela, al gusto.
Ah, y cebolla en abundancia.

La elaboración
En un buen fondo de aceite de oliva de calidad, sofreir la cebolla troceada hasta que esté transparente, junto con el laurel.
Añadir el pollo en trozos (o pavo) y rehogar dando vueltas hasta que tome un poco de color y vaya apareciendo su jugo.
Añadir todos los elementos de la guarnición citados excepto los huevos duros.
Ir removiendo con cuidado hasta que noteis que todo va adquireindo color y temperatura…y olor¡¡
Esparcir las especias citadas en poca cantidad, ya ireis corrigiendo a vuestro gusto, y sazonar.Si no hay suficiente líquido, podeis añadir un poco de agua o de vino blanco, lo ideal es que el guiso quede casi cubierto, pero no “flotando”.
Por último, agregar los huevos duros partidos por la mitad y dejad cocer a fuego medio hasta que observeis la carne tierna, y cuidado que no se os pegue.

Para servir: queda muy lucido si servís las piezas de carne en una fuente con un poco de salsa, el resto en salsera, y la guarnición en otra fuente.

Truquillo: si os sobra algo de este guiso, podeis deshuesar los restos de pollo y junto con un poquito de salsa rellenar un hojaldre y al horno…obtendreis algo similar a la Pastela moruna y delicioso.
Suerte¡¡